Nada volverá a ser
como antes el mundo cambió, estamos en
transición no hay forma que la vida que conocimos regrese. Es el inicio de nuevos tiempos, reglas, intereses y formas de
vivir y hacer las cosas desde las más cotidianas hasta las más complejas. Aunque
no queramos nos toca decir bienvenido nuevo mundo.
Este encierro nos
ha llenado de pánico, tristeza y hasta desesperación, muchos nos dejaron atrás,
pero aquí estamos viviendo con la esperanza de que todo pasará y claro que
pasará y cuando miremos atrás reconoceremos en nosotros coraje, determinación y
esperanza que quizás desconocíamos poseer. Entramos a este futuro asustados, sintiéndonos
desamparados y es lógico nuestro sentir pero gracias a Dios podemos elegir
aceptar esta nueva realidad que de un día para otro se instaló y todo lo
cambió.
El camino adelante
se recorre con los pies de la fortaleza, la esperanza y hasta con los de la tristeza.
El mandato es seguir nos desfallecer, no hay forma de volver atrás sólo queda
seguir adelante viendo al Invisible que siempre mira hacia atrás para cerciorarse
que seguimos sus hullas hacia la vida, la aceptación y la reinvención de esto
que llamamos vida, Dios nos bendiga y nos ayude a seguirlo en medio de hoy, no
de ayer o de mañana solo de hoy.